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El miedo al dentista y al dolor genera un ciclo de ansiedad y estrés en el paciente que reduce su tolerancia al dolor. Entonces ocurre que cualquier técnica aplicada una vez alcanzado cierto estado de nerviosismo es desagradable para el paciente y difícil de practicar para el profesional. Si bien la anestesia local reduce el dolor en los tratamientos dentales, no aplica para el factor psicológico y emocional vinculado al miedo al dentista. Por ello, una de las técnicas más novedosas aplicadas en odontología es la sedación dental con óxido nitroso, el llamado “gas de la risa”.
La historia del óxido nitroso
Sin duda, las extracciones dentales son los tratamientos que más pánico generan a las personas con dentofobia (miedo al dentista). Pero acudir al «sacamuelas» en pleno siglo XIX era realmente terrorífica. Estos se servían de todo tipo de herramientas como ganchos, alicates y pinzas de gran tamaño para realizar las temidas extracciones dentales. Por supuesto, no se aplicaba anestesia, sino que se bebía algún licor fuerte para poder sobrellevarlo.
Fue el joven odontólogo americano Horace Wells quien descubrió los múltiples beneficios de la aplicación del gas de la risa en odontología. El óxido nitroso se había hecho famoso como un potente sedante y relajante. Sin embargo, era usado con fines festivos y recreativos y no sanitarios. Su uso inicial se remonta a las fiestas de los salones de la aristocracia británica. Después, fue haciéndose más y más popular a lo largo de múltiples exhibiciones que recorrieron el mundo entero.
Horace Wells asistía como público a una de las exhibiciones del gas de la risa cuando se percató de algo sorprendente. Uno de los voluntarios se había hecho una herida sangrante y no se lamentaba por ello. Completamente absorto por el descubrimiento, quiso experimentar consigo mismo y se extrajo una muela del juicio una vez aplicado dicho gas. No sintió dolor. Después, lo aplicó en varios pacientes con sumo éxito. Fue así como la aplicación de la sedación dental con óxido nitroso comenzó en la odontología.
La sedación dental con óxido nitroso hoy en día
Se ha comprobado a lo largo de más de un siglo que el óxido nitroso es un potente sedante. Al combinarse con oxígeno y ser inhalado a través de una mascarilla nasal no requiere ni un pinchazo. El paciente inhala por la nariz y en pocos minutos alcanza un estado de relajación, pero no de sueño profundo.
¿Qué beneficios tiene entonces? El paciente escucha las preguntas del dentista y puede responder mientras se encuentra cómodo y tranquilo sin sentir dolor. Además, sus efectos perduran un lapso breve una vez se finaliza la técnica dental aplicada y se retira la mascarilla.
¿Cuándo se recomienda su uso?
La sedación dental es altamente efectiva en pacientes con dentofobia. Al no sentir miedo, por lo tanto, no se resiste, permitiendo que el tratamiento sea más rápido, conciso y efectivo. Hay pacientes en los que tras el uso de la sedación dental consciente ha desaparecido la fobia al dentista. También es idónea en pacientes a quienes no se les puede aplicar anestesia local por alergia, por ejemplo. Por supuesto, se recomienda en pacientes con cuadros graves de ansiedad, ataques de pánico o angustia. También en caso de otros trastornos mentales o disminución psíquica. Y, por último, es útil en tratamientos intensivos o prolongados que exigen al paciente muchas horas con la boca abierta.